domingo, 18 de diciembre de 2011

Nuestra Tierra, ¿coexiste con otros Universos Paralelos?

Los Universos Paralelos conforman uno de los enigmas que más controversias han suscitado. Es un tema que ha sido tratado por la ciencia ficción y que ha impulsado a sabios, filósofos y hombres de ciencia a explayarse sobre las más diversas teorías e hipótesis al respecto; tanto en lo que concierne a la naturaleza de esos Universos, como también, en cuanto a su ubicación con respecto a nuestro Universo conocido. La finalidad de este artículo no es la de explicar la naturaleza o la función de estos Universos, sino la de presentar una serie de sucesos, muchos conocidos, otros menos, en todos los cuales se deja entrever algo muy relacionado con todo lo que sea dimensiones y mundos paralelos. Existen varios hechos referentes a desapariciones de personas, objetos, etc., sin dejar rastro alguno y en contraposición a esto, otros acerca de apariciones imprevistas, al parecer surgidas del tiempo, ya sea del pasado o del futuro.





En la ciudad de South Bend, en el estado de Indiana, EE.UU., ocurrió un hecho por demás insólito y sorprendente. Transcurría la Nochebuena del año 1890; Tom Lerch, jefe de familia, se encontraba en su hogar rodeado de amistades y demás miembros de la misma, entre los cuales su hijo Oliver, de 20 años de edad; quien más tarde partiría en un viaje, tal vez, sin regreso. Eran aproximadamente las diez de la noche y su madre estaba haciendo los arreglos para la cena, cuando pidió a Oliver que fuera hasta el pozo en busca de agua; éste se puso su abrigo y salió de la casa. No había transcurrido mucho tiempo cuando de pronto las personas allí reunidas escucharon un grito aterrador, en el que pudieron reconocer la voz angustiada de Oliver pidiendo ayuda, gritando reiteradamente: “Auxilio, me han agarrado”. “Auxilio, socorro”, su voz venía ahora desde el cielo, pero en él no se veía absolutamente nada, a pesar de la iluminación de la luna. La posterior búsqueda no condujo a nada que pudiera evidenciar lo ocurrido, sólo se tenía como prueba las pisadas de Oliver en dirección al pozo, pero en determinado lugar abruptamente desaparecían.



Sobre este caso se han presentado varias hipótesis, dos de las cuales son las más comúnmente enunciadas: se trataría de un posible rapto por parte de una nave extraterrestre, o bien el paso a una dimensión desconocida. Un caso publicado en el diario “La Razón”, de Colombia, del 21 de mayo de 1974; dice textualmente lo siguiente: “Bogotá (AFP). Un autobús con 67 estudiantes y profesores excursionistas ecuatorianos se encuentra perdido desde el domingo en territorio colombiano, se supo aquí. El vehículo había salido de Tulcan (Ecuador) hacia Pasto e Ipiales (Colombia) en la frontera de los dos países, encabezados por el profesor Ricardo Espinosa. Patrullas de la defensa civil iniciaron la búsqueda de los excursionistas con quienes se perdió todo contacto desde la iniciación de su viaje”. Esta información apareció después de dos días de notificada la desaparición de este numeroso grupo; no se informó nada más al respecto.



Hace más de dos siglos, exactamente en el año 1707, el archiduque Carlos se preparaba para invadir España. Un numeroso contingente constituido por unos cuatro mil soldados, había acampado en un llano cercano a los Pirineos; su misión era la de seguir al otro día su marcha rumbo a estas montañas. Tal cual lo planeado, al día siguiente levantaron campamento y emprendieron la marcha. A poco de su partida y en absoluta claridad “sencillamente” desaparecieron, sin quedar nada en el lugar, tal como si hubieran atravesado el umbral de lo invisible e imperceptible, ¿quizás una puerta dimensional?.



Otro hecho publicado en diarios del país, en el mes de noviembre de 1965, dice lo siguiente: "“l Douglas DC-4, T-48 de la Fuerza Aérea Argentina cayó en el mar Caribe, luego de haber partido de Panamá, desapareciendo sus 69 tripulantes: oficiales y cadetes de la Escuela de Aviación Militar de Córdoba”. Se realizó una extensa y prolongada búsqueda en zonas de Costa Rica, sin dejar ningún saldo positivo; solamente se sabía que el avión con todos sus tripulantes había desaparecido; no se encontró nada que pudiera evidenciar un posible accidente. En el libro “The World of Psychic Phenomena”, o sea, “El Mundo de los Fenómenos Psíquicos”, de F. Edsall, aparece un caso que es por demás elocuente; se trata de la aparición y materialización de un grupo de soldados en dura contienda. Esto tuvo lugar en Keiton, Inglaterra, fue días antes de Navidad, cuando poco después de medianoche, campesinos de la zona despertaron ante el ruido que parecían producir armas de fuego y murmullos de lucha; salieron de sus casas y asombrados pudieron observar nada menos que la materialización de soldados enredados en una violenta batalla. Según sus banderas e indumentaria se los identificó como las tropas del Parlamento y las del Ejército Real de Carlos I.



Después de dos horas de encarnizada lucha las tropas del Parlamento vencieron totalmente al Ejército Real; en medio del triunfo y el júbilo de los vencedores todo se desvaneció, quedando el lugar como si nada hubiera sucedido, la calma en la aldea de Keiton había renacido. Lo mismo ocurrió en dos oportunidades más, los dos días siguientes. Lo asombroso de este suceso radica en el hecho de que estos campesinos y aldeanos presenciaron algo que aún no había ocurrido para ellos; se trataba de la batalla de Colina Edge, librada en esa misma aldea, pero, paradójicamente después de haber sido vista por estas personas el día 23 de Octubre de 1642. Eliminando la posibilidad de una probable alucinación o psicosis colectiva, ya que ésta, evidentemente, en las condiciones en que se desarrolló el acontecimiento es un tanto difícil de producirse, se podría decir que esta aparición surgió en realidad del tiempo, de un Universo Paralelo o de una dimensión que, como tantas cosas, por el momento desconocemos.



Un relato publicado en el Sunday Express de Londres, el 21 de setiembre de 1924, comenta lo siguiente: “El día 24 de julio de 1924, mientras continuaban las hostilidades entre árabes e ingleses, el Cuartel General inglés envió al piloto oficial D. Stewart y al teniente William Day en misión especial sobre el desierto de Mesopotamia; la finalidad del vuelo era la de efectuar un reconocimiento de la zona, sin intervenir en modo alguno en la batalla. Después de varias horas de espera, el Mando General comenzó a temer en un posible accidente, dado que el avión no regresaba. Luego de unas cuantas horas más, que creyeron prudente esperar, se ordenó la búsqueda. Rastreando la región se pudo dar finalmente con el avión, el cual se encontraba en perfectas condiciones; nada hacía indicar un posible atentado, lo extraño era que los dos tripulantes no se hallaban en el lugar. Poco después se descubrieron pisadas que correspondían a ambos pilotos, se siguieron, y a una distancia aproximada de cincuenta metros, abruptamente desaparecían, no existiendo en las inmediaciones rastro alguno”.



Un caso verdaderamente desconcertante. ¿Podría tratarse de pasaje a otra dimensión, un Mundo Paralelo o quizás teleportación? Un hecho similar al ocurrido en 1707 es el que protagonizaron infantes japoneses, durante la Segunda Guerra Mundial. Esto ocurrió en una isla del Pacífico, mientras una compañía de infantes de Marina estaba ejercitándose; en uno de sus movimientos la compañía completa “desapareció” ante la mirada ingenua de otros cientos de soldados que observaban las maniobras; fue en un abrir y cerrar de ojos, “estaban, al instante ya no estaban más”. Parece suceder, y en todos los casos se entrevé algo de esto, que en ciertas ocasiones, misteriosas puertas se abren para “tragar” algo de nuestro mundo o bien, de nuestro Universo. Evidentemente existen ciertas condiciones que se tienen que dar para efectivizar el pasaje de algo o alguien de este mundo a otro “paralelo” y recíprocamente.



Otro misterio muy conocido y comentado es el de la isla de San Brandán. Esta isla ha venido apareciendo y desapareciendo por siglos, pudiéndose ver en cada oportunidad escasos minutos. Ya en la Edad Media se sabía de esta isla; en ocasiones se llegó al extremo de organizar expediciones para ir en su conquista. Una de las últimas apariciones se registró el 26 de abril de 1967; fue vista por miles de personas habitantes de Hierro, una de las islas del archipiélago de las Canarias. Se dice que, quizás, la isla de San Brandán escaparía de un Mundo Paralelo, para aparecer en el nuestro y finalmente regresar al de su origen.



Para terminar, una breve síntesis de algunas teorías que se tienen sobre el particular. Algunos estudiosos e investigadores opinan que los Universos Paralelos serían solamente dos; hay quienes dicen que uno sería positivo, entonces se tendría una de las leyes básicas de la Física, uno contrarrestaría o compensaría la acción del otro, encontrándose el conjunto en perfecto equilibrio y armonía. Otros sostienen algo similar: afirman que nuestro Universo, que está constituido por materia, tendría su parangón en otro, pero formado por antimateria. Sobre esto hay mucho estudiado, baste recordar que ya se han logrado, en laboratorio, gran número de antipartículas.



Y tenemos a personas que piensan e intuyen que no serían únicamente dos Universos Paralelos, sino un número ilimitado de ellos, que constituirían, tal vez, especies de ecos de uno real, que estuviera proyectándose hacia el pasado y hacia el futuro; en este caso no existirían en el pasado, el presente y el futuro, tal cual nuestra concepción, puesto que, por ejemplo, lo que está ocurriendo ahora ya habría ocurrido y estaría por ocurrir. Pasado, Presente y Futuro se fundirían en Uno, el Eterno Presente. Llegado a este punto sería útil recordar y meditar sobre las palabras tan sabias de Fedor Dostoievski: “La realidad es infinitamente diversa, escapa a las deducciones ingeniosas del pensamiento abstracto, no soporta la clasificación estrecha y exacta, la realidad tiende al fraccionamiento perpetuo, a la variedad infinita”



A principios de 1970, la Administración del Servicio de Ciencia del Medio Ambiente (ESSA), perteneciente al Departamento de Comercio de los Estados Unidos, proporcionó a la prensa unas fotografías del Polo Norte tomadas por el satélite ESSA-7 el 23 de noviembre de 1968. Una de las fotografías mostraba el Polo Norte cubierto por la acostumbrada capa de nubes; la otra, que mostraba la misma zona sin nubes, revelaba un inmenso agujero donde hubiera debido estar el Polo. El ESSA estaba lejos de sospechar que sus fotos rutinarias de reconocimiento atmosférico iban a contribuir a despertar una de las controversias más sensacionales y célebres de la historia de los OVNIS. En el número de junio de 1970 de la revista Flying Saucers, el editor y ufólogo Ray Palmer reprodujo las fotos del satélite ESSA-7 junto con un artículo en el que manifestaba que el agujero de la foto era real.



Durante mucho tiempo, Ray Palmer y otros ufólogos habían creído que la Tierra es hueca, y que los OVNIS provienen y retornan a una civilización de seres superiores que está oculta en su interior inexplorado. En 1970, gracias al apoyo de una fotografía en que aparecía el enorme agujero del Polo Norte, Palmer pudo por fin asegurar que la super-raza subterránea existía y probablemente se podía llegar hasta ella a través de los agujeros de los polos Norte y Sur. Es posible que entrando en un niverso paralelo o dimensión desconocida, ya que parece ser una puerta que solo se abre a nuestro mundo en determinados momentos y circunstancias. En los números siguientes de Flying Saucers apoyó su teoría resucitando otra antigua controversia sobre la "Tierra hueca": la de las famosas expediciones del vicealmirante Richard E. Byrd a los polos Norte y Sur.



El vicealmirante Richard E. Byrd, cuyas expediciones polares desataron la polémica sobre la teoría de la tierra hueca o universo paralelo que coexiste con nuestra Tierra, solo que a un nivel de frecuencia distinta, como cuando buscamos una emisora en una radio.. El vicealmirante Richard E. Byrd de la US Navy fue un distinguido aviador pionero y explorador polar que sobrevoló el Polo Norte el 9 de mayo de 1926 y dirigió numerosas expediciones a la Antártida, incluyendo un vuelo sobre el Polo Sur el 29 de noviembre de 1929. Entre 1946 y 1947, llevó a cabo la operación a gran escala llamada "High Jump" (Salto Alto), durante la cual descubrió y cartografió 1.390.000 km2 de territorio antártico. Las famosas expediciones de Byrd entraron por vez primera en la controversia de la Tierra hueca cuando varios artículos y libros -especialmente Worlds beyond the Poles (Mundos más allá de los Polos), de Amadeo Giannini- pretendieron que Byrd había en realidad volado no por encima del Polo, sino hacia dentro de los grandes agujeros que llevan al interior de la Tierra. Ray Palmer, basándose principalmente en el libro de Giannini, introdujo esta teoría en el número de diciembre de 1959 de su revista y, a raíz de ello, mantuvo una voluminosa correspondencia al respecto.



Según Giannini y Palmer, el vicealmirante Byrd anunció en febrero de 1947, antes de un supuesto viaje de 2.750 km. a través del Polo Norte: "Me gustaría ver la tierra más allá del Polo. Esa área más allá del Polo es el centro del Gran Enigma". Giannini y Palmer decían también que, durante su supuesto vuelo sobre el Polo Norte en 1947, el vicealmirante Byrd comunicó por radio que veía debajo de él, no nieve, sino áreas de tierra con montañas, bosques, vegetación, lagos y ríos y, entre la maleza, un extraño animal que parecía un mamut. También, siempre según Giannini y Palmer, en enero de 1956, después de dirigir otra expedición a la Antártida, el vicealmirante Byrd había manifestado que su expedición había explorado 3.700 km. más allá del Polo Sur y, además, justo antes de su muerte, Byrd había dicho de la tierra más allá del Polo que era "un continente encantado en el cielo, tierra de misterio permanente". Esa tierra, según otras teorías, era la legendaria Ciudad del Arco Iris, cuna de una fabulosa civilización perdida.



Para Giannini y Palmer, los comentarios atribuidos al vicealmirante Byrd no hacían más que confirmar lo que ellos habían sospechado siempre: que la Tierra tiene una forma "extraña" en los Polos, algo parecido a un "donut", con una depresión que, o bien se hunde muchos kilómetros en las entrañas de la Tierra, o forma un agujero gigante que pasa a través del eje de la Tierra, de un polo a otro. Dado que, por razones geográficas, es imposible volar 2.750 km. Más allá del Polo Norte o 3.700 km. Más allá del Polo Sur sin ver agua, es lógico pensar que el vicealmirante Byrd debe haber volado hacia dentro de las enormes cavidades convexas de los polos, dentro del Gran Enigma del interior de la Tierra y que, si hubiera seguido adelante, habría llegado a la base secreta de los OVNIS que pertenecen a la super-raza oculta, quizás la legendaria Ciudad del Arco Iris que Byrd habría visto reflejada en el cielo.



La posibilidad de que la Tierra sea hueca o que coexista con un universo paralelo, de que se pueda entrar en ella a través de los polos Norte y Sur en determinadas circunstancias, y de que civilizaciones secretas florezcan en su interior, ha espoleado las imaginaciones desde tiempo inmemorial. Así, el héroe babilonio Gilgamesh visitó a su antepasado Utnapishtim en las entrañas de la Tierra; en la mitología griega, Orfeo trata de rescatar a Eurídice del infierno subterráneo; se decía que los faraones de Egipto se comunicaban con el mundo inferior, al cual accedían a través de túneles secretos ocultos en las pirámides; y los budistas creían (y creen todavía) que millones de personas viven en Agharta, un paraíso subterráneo gobernado por el Rey del Mundo.



El mundo científico no fue inmune a esta teoría: Leonard Euler, un genio matemático del siglo XVIII dedujo que la Tierra era hueca, que contenía un sol central y que estaba habitada; y el doctor Edmund Halley, descubridor del cometa Halley y astrónomo real de Inglaterra en el siglo XVIII también creía que la Tierra era hueca y albergaba en su interior tres plantas. Ninguna de estas teorías estaba sustentada científicamente, pero alternaban con varias obras de ficción sobre el mismo tema, las más importantes de las cuales eran Las Aventuras de Arthur Gordon Pym, de Edgar Allan Poe (1833), en la cual el héroe y su compañero tienen un terrorífico encuentro con seres del interior de la Tierra; y el Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne (1864), en la cual un profesor aventurero, su sobrino y un guía penetran en el interior de la Tierra a través de un volcán extinguido en Islandia, y encuentran nuevos cielos, mares y reptiles gigantescos y prehistóricos que pululan en los bosques.



La creencia en una Tierra hueca estaba tan extendida que incluso Edgar Rice Burroughs, el célebre autor de Tarzán, se sintió obligado a escribir Tarzán en las entrañas de la Tierra (1929), en el que el famoso hijo de la selva va a Pellucidar, un mundo que se encuentra en la superficie interior de la Tierra y que está alumbrado por un sol central. La sombra más allá del tiempo (1936) de H.P. Lovecraft transportó el tema a la época actual describiendo una raza antigua y subterránea que dominó la Tierra hace 150 millones de años y que, desde entonces, en el refugio de la Tierra interior, ha inventado aviones y vehículos atómicos, y domina el viaje en el tiempo y la percepción extrasensorial. Betty y Barney Hill, que durante su abducción fueron informados sobre la existencia de bases Ovni dentro de la tierra, los polos y en los fondos oceánicos.



Estas y otras obras de ficción mantuvieron vivo el interés por la posibilidad de que la Tierra fuera hueca, o de que coexistiera con un mundo paralelo, el mundo de las hadas, elfos o gnomos y de que escondiera otras civilizaciones. Así, cuando se avistaron los primeros 0VNIS en Estados Unidos en 1947 y la "ufomanía" azotó el país primero y el mundo después, surgieron dos teorías para explicarlos. Los OVNIS debían ser o bien naves extraterrestres de alguna galaxia lejana, o pertenecían a seres avanzadísimos que habitaban en el interior de la Tierra o en uno de estos mundos paralelos. Estas teorías llevaron a recuperar las leyendas de las civilizaciones "perdidas" de la Atlántida y de Thule, en la creencia de que esta última se hallaba en el Ártico (no se debe confundir con Dundas, antes Thule, el enclave esquimal en Groenlandia, que es hoy una base aérea de los Estados Unidos y centro de comunicaciones).



No obstante, se creía también que otra posible fuente de procedencia de los 0VNIS se hablaba en la Antártida. Esta teoría surgió a raíz de la publicación del convincente libro de John G. Fuller, El viaje interrumpido (1966), en el que el autor relata la historia de Betty y Barney Hill, un matrimonio americano que, durante un tratamiento psiquiátrico debido a un inexplicable periodo de amnesia, recordó bajo hipnosis que habían sido raptados por extraterrestres, examinados en el interior de un platillo volador e informados de que los extraterrestres tenían bases en toda la Tierra, algunas en el fondo del mar y al menos una en la Antártida. De este modo, cuando Ray Palmer publicó su controvertida teoría en 1970, los ufólogos y creyentes en la Tierra hueca quedaron a la expectativa. ¿Se trataba de las pruebas concluyentes?



Pero los argumentos que Palmer aducía se revelaron extremadamente endebles. Todas las investigaciones llevadas a cabo desde entonces no han logrado confirmar ninguna de las afirmaciones atribuidas por Giannini y Palmer al vicealmirante Byrd; ni siquiera se ha confirmado su vuelo sobre el Polo Norte en febrero de 1947 (lo cierto es que Byrd sobrevoló el Polo Sur en esa fecha, en el transcurso de la operación High Jump). Incluso suponiendo que Byrd hiciera dichos comentarios, es más lógico creer que "la tierra más allá del Polo" y el "Gran Enigma" son formas de aludir a las regiones aún inexploradas, más que a continentes escondidos en el interior de la Tierra, y que el "continente encantado en el cielo" era únicamente una descripción de un fenómeno corriente en las latitudes antárticas: una especie de espejismo que trae el reflejo de tierras lejanas. ¿O tal vez era el reflejo de un mundo paralelo?



A pesar de que no se ha demostrado la exactitud del pretendido viaje de Byrd al Polo Norte, hay algunas personas que afirman haber visto un documental sobre dicha expedición al Polo Norte, en el que se veían "sus montañas, árboles, ríos y un gran animal identificado como un mamut". Una mujer escribió a Ray Palmer acerca de este noticiario, asegurando que lo había visto en White Plains, New York, en 1929. Sin embargo, este documental no está registrado en ningún archivo. ¿Se trata quizá de una artimaña del Gobierno de los Estados Unidos? ¿O quizá esa película no existió nunca? Según Byrd, y de acuerdo con su diario: "Hemos sobrevolado en total unos 25.900 km2 de la Tierra más allá del Polo. Como era de esperar, aunque resulta decepcionante decirlo, no se observaba ninguna característica importante más allá del Polo. Sólo el inmenso desierto blanco que cubría el horizonte”.



Asimismo, la leyenda sobre la Ciudad del Arco Iris puede derivar de una mala interpretación de las palabras de Byrd: Podía haberse llamado la Avenida de los Arco Iris Helados. Al este y al Oeste se alzaban grandes montañas. Algunas no estaban cubiertas por el hielo; eran negras como el carbón o de un rojo ladrillo. Otras estaban cubiertas de hielo por completo. Estas parecían cataratas gigantescas. Allí donde el sol tocaba sus picos y laderas, la luz se reflejaba en toda una gama de colores. Había una mezcla de azules, púrpuras y verdes tal como pocas veces ha visto el hombre. No obstante, ¿podría ser hueca la Tierra? ¿Podría tratarse de una universo paralelo?



¿Y qué hay del enorme agujero que se podía observar en la fotografía de las regiones árticas? La fotografía es un mosaico de imágenes de televisión tomadas por el satélite durante 24 horas, que muestran la Tierra desde diversos ángulos. Las imágenes fueron procesadas por una computadora y unidas de modo que formasen una vista total de la Tierra como si el observador se hallase en un punto directamente encima del Polo. Durante esas 24 horas, todos los puntos en las latitudes ecuatoriales y medias recibieron luz solar durante algún periodo de tiempo, y aparecen iluminados en la fotografía compuesta. Pero las regiones cercanas al Polo estaban en ese momento sumidas en la oscuridad permanente del invierno ártico. Por ello hay un área no iluminada en el centro de la foto. Aún así, lo que sí han fotografiado los satélites han sido Ovnis entrando y saliendo de los polos. Como si en ellos existieran puertas. ¿A dónde? Debajo de nuestros pies o en una dimensión desconocida se ocultan muchos misterios...

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